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Iglesia

Edificada en los cimientos del odio,
enaltecida por la sangre de sus víctimas.
Proclamado sea el genocidio.
¿Perdón?..Jamás!

Un estandarte inmaculado,
Alimentado por falacias.
Espíritu acomodado
lleno de promesas insensatas

¿Sangras a beneficio de quien?
Si tus hijos han profanado recién.
El ojo se hace implacable
y tu verdad es cuestionable.

Devotos estridentes
alimentando una historia decadente.
Postrados frente a un signo
que yace poco digno.

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La Muerte

Lamentos se siembran en el viento…
de camino al olvido.
Sollozos presas del sufrimiento,
a la postre del último latido.

Se resarcen recuerdos
perdidos en la memoria,
buscando remembrar momentos.
No queda escapatoria.

Ebria de ansiedad
anhela dejar su huella.
Me mira con dulce crueldad,
Fulminante doncella.

El juego ha terminado,
El tiempo se ha consumado.
El caudal rojo se apaciguó
y la vida terminó.

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Silencio Inminente.

Ausencia del ruido
 abstención del hablar,
 A cualquiera dejas aturdido
 con tu imperceptible redoblar.

Eterno sosiego,
 fría tranquilidad.
Compañía para el andariego,
intempestiva soledad.

Próximo al melancólico,
distante del alegre.
Castigo para el bélico,
 amargo como el vinagre.

Sereno y discreto
Sensato y prudente
Placido y quieto
Pero siempre inminente

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Cementerio

Allí… Donde se anida el silencio,
y la vida se embriaga de olvido.
Allí… Donde no queda ningún resquicio
de algún suceso vivido

Allí… donde las vociferaciones se diluyen en el viento
y el recuerdo se convierte en un lamento.
Allí… donde lo ineludible se hace efectivo
y entre las sombras yaces cautivo.

Allí… entre el polvo y la nada
entre el frío y los huesos,
entre flores y hierba,
entre tierra y madera.

Allí… donde la desazón es insaciable,
 la desolación interminable
y  el ocaso irremediable,
remanentes aguardan estérilmente.   

KEVIN MATEO ZAPATA.